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jueves, 2 de julio de 2015

La crisis del feudalismo y el inicio de la modernidad

Principales características del feudalismo
El sistema feudal fue un mecanismo de organización política y social que tenía como característica principal la división territorial muy macada y delimitada de las distintas fracciones de la geografía nacional. Estas porciones de tierra, por así decirlo, se conocían como “feudos”, en las cuales convivían 4 figuras: los clérigos, lo guerreros, los trabajadores y finalmente, el dueño del terreno: el señor feudal con toda su familia, que vendrían a ser los nobles.
El modo interno de organización de estos feudos consistía, primero que todo, en que toda persona de acuerdo al feudo en el que naciera, quedaba adscrito a él de por vida; con lo cual había poca, o nula libertad de movilidad. El señor feudal, dueño de estas porciones de tierra, le proporcionaba a un grupo de trabajadores campesinos un lugar (precario) donde vivir, dormir, trabajar y protegerlos en caso de guerras a cambio de que ellos trabajaran y sostuvieran las tierras del feudo y a la familia feudal. A lo cual los campesinos no les quedaba otra opción más que decir que si, pues como vimos, de igual forma ellos quedarían perpetuamente adscritos a ese feudo donde les quedaba casi nula libertad de acción, elección o decisión. También tenían que aceptar las reglas de vida las implantaba el mismo señor feudal.
Los guerreros vendrían siendo el brazo armado del señor feudal, donde cumplían sus lógicas funciones de protección. Y los clérigos eran el brazo espiritual impuesto por la iglesia católica quien era la que dictaminaba en última instancia el ordenamiento político del feudo. De manera que parecía que todo el personal necesario del feudo quedaba preparado para enfrentar las funciones necesarias del trajín de la vida diaria de esta sociedad.
Para concluir en palabras de Leo Huberman: “La iglesia dio ayuda espiritual y la nobleza protección militar, y se cobraron esto de las clases campesinas en trabajo”

La crisis

El relativo progreso social y cultural que se dio en la baja edad media, comprendida en el siglo XIII, se vio rápida y fuertemente desplazada por una sucesiva crisis feudal donde la merma demográfica a causa de diferentes guerras, pestes y hambrunas generó, tuvo como consecuencia el detrimento de las poblaciones rurales que aglutinaban a casi toda la población en aquellas épocas; lo que traía consecuencias que iban más allá de la mera población del campo, pues de esta enorme población rural dependían los restantes pobladores de la ciudad, sobre todo en cuanto a la alimentación. Los habitantes del campo producían la comida que posteriormente se vendía en la ciudad. Y claro, la merma de la población rural condujo a su respectiva merma en la producción de alimentos, pues ahora había menos mano de obra disponible. Lo que llevaba a los comerciantes que hacían de intermediarios entre el campo y la ciudad, dada la merma en la cantidad de productos alimenticios, a subir sus precios para poder mantener las ganancias y un stock disponible. Todo esto conllevó a las primeras protestas y revueltas en aquellas épocas. Sería el principio del fin del feudalismo y por lo tanto, de toda la edad media.

El primer capitalismo

Esto condujo a las primeras múltiples migraciones del campo a la ciudad donde se ponía de manifiesto la urgencia de nuevas reformas de ordenamiento político. Estos fenómenos fueron ilustrando las primeras formas del nuevo, primigenio sistema capitalista. Ya en el siglo XV eclosionaron y convergieron una serie de factores que fueron moldeando el naciente sistema capitalista:
·         El incremento de la actividad comercial
·         Cierta apertura a la libertad de movimiento y de acción
·         La acumulación originaria de capital. En muchos casos gracias a la rapiña, la usura, a las expropiaciones, etc…
·         El primer desarrollo a gran escala del dinero. A raíz sobre todo del descubrimiento de minas de plata en Europa Central
·         El despliegue y extensión de la manufactura
·         El incremento de la mano de obra asalariada como consecuencia de la creciente inmigración
·         El progresivo y lento languidecimiento de las estructuras mercantilistas
·         La aparición, por tanto, de la figura del empresario. Quien se encarga de proporcionar todo lo necesario para la producción: mano de obra, bienes de capital, un plan de producción, etc…
Este primer capitalismo se basó principalmente en el incremento del comercio y no es el capitalismo moderno basado en la actividad industrial.

Las monarquías y el estado nación

De la mano de la génesis de este primer capitalismo también hubo importantes cambios en la organización política, de donde surgieron las monarquías absolutas para centralizar aún más el poder y delimitar de forma definitiva y clara límites territoriales a la nación, lo que llevaba a mantener una única y firme unidad de poder, para que a los monarcas y sus secuaces les quedara más fácil regular la actividad económica, social y cultural de la nación. El derecho romano Justiniano daba la base jurídica que constituía al monarca como procedente del mandato de Dios, lo cual intentaba justificar así la pirámide de la organización política y social.
Pero ningún sistema social puede estar al margen de una justificación teórica más o menos sofisticada, y al naciente concepto de estado-nación se la proporcionaron principalmente dos pensadores de finales del siglo XV: Nicolás Maquiavelo (1469-1527) y Tomás Moro (1478-1535).
Maquiavelo sostenía que el estado debe prescindir de toda moral en la gestión de su gobierno, y guiarse por el realismo político. Por lo tanto, toda acción política debe estar subordinada a la “razón de Estado”.
Mientras Moro pensaba que el Estado debe ser de carácter más liberal, donde el hombre se rija por una ley aceptada por la comunidad y los gobernantes sean elegidos por el pueblo. Asimismo, plantea que el bien individual sea compatible con el de todos. En su obra Utopía, lugar imaginario, nadie es rico, pero a nadie le falta nada.

Cambios culturales en Europa

Las transformaciones experimentadas en Europa durante el siglo XV fueron acompañadas de una nueva mentalidad: el “humanismo”. Lo que generó la erupción de un cambio en el paradigma científico, filosófico, artístico. A éste periodo se le conoce como el Renacimiento.
El Renacimiento se caracterizó, a raíz de la influencia cultural helenística (greco-romana) tras la caída de Constantinopla a manos de los turcos otomanos, por poner por primera vez al Hombre en el centro del pensamiento y de la civilización, sustituyendo así a la idea de Dios en el centro, característica principal de la edad media. Se logró ir instaurando en la atmósfera cultural la idea de liberar al ser humano de los dogmas y prejuicios, sobre todo de tipo religioso, para así dejar librado el pensamiento a juzgar las ideas con criterios críticos, racionales, intelectuales; en definitiva: científicos. Estas ideas a diferencia de las anteriores, se pensaba, eran más prácticas y ajustadas a las necesidades de los nuevos tiempos. Varios intelectuales se dieron a la tarea de amparar el nacimiento y expansión de estas ideas humanistas; entre los más destacados están: Erasmo de Rotterdam, los hermanos Juan y Alfonso Valdés, Marsilio Ficino, Leonardo Da Vinci (probablemente el más destacado), Tomás Moro, entre otros.
Esta revolución intelectual generó una revolución en otro campo: el científico. Nueva manera apropiada de estudiar al cosmos y al hombre. Surgieron, entonces, figuras destacadas del conocimiento científico:
Nicolás Copérnico (1473-1542): formuló la teoría de la esfericidad de la tierra y su rotación alrededor del Sol.
Galileo Galilei (1564-1642): astrónomo que confirmó las teorías de Copérnico y descubrió la composición de la Vía Láctea.
Juan Kepler (1571-1630): explicó la armonía del universo mediante leyes de composición geométrica.

La reforma protestante

El descontento de varios países europeos, y en particular, de Alemania a raíz del fuerte poder de la iglesia por sobre el de los monarcas y de las revueltas campesinas por los altos tributos que les imponía la iglesia, generó un clima social en contra de los mandatos eclesiásticos que eclosionaron en el pensamiento de Martín Lutero (1483-1546) en sus 95 tesis en contra de la iglesia y su reforma protestante. En ella se revindicaba varios de los dogmas de la iglesia católica como la autoridad del papa, el purgatorio, la misa, la adoración a la virgen, los sacramentos, el celibato eclesiástico, entre otros. Estas reformas fueron implantadas en varios países de Europa, cada país con sus detalles característicos, lo que produjo un acontecimiento impensado, inédito, sin precedentes y de capital importancia en la inflexión de la historia europea: la separación de varios países a la obediencia de la iglesia católica.

Descubrimientos geográficos

Hasta este momento los europeos no conocían sino 1/3 parte de la tierra y 1/10  parte del agua del mundo, pues a finales del siglo XV y principios del XVI esto llegaría a su fin.
Debido a intereses e incentivos religiosos, con el ánimo de evangelizar a pueblos no cristianos; incentivos económicos, pues esta primera expansión comercial mencionada antes generó necesidades mercantiles y, sobre todo, de metales preciosos; debido también a la mentalidad renacentista predominante en aquella época de espíritu aventurero e independiente y, por último, debido también a mejoras tecnológicas como la invención de la brújula, nuevos navíos más rápidos y seguros y el perfeccionamiento de la cartografía, entre otros, impulsó nuevas empresas de viaje y descubrimientos de nuevas rutas comerciales a lo largo del globo. Pues uno de esos navegantes que iba en busca de nuevas rutas, en este caso, rutas hacia el extremo oriente, es decir, a las Indias, fue Cristobal Colón; quien convenció a la corona de Castilla de experimentar un intrépido viaje a lo largo del Atlántico. Puesta en marcha, y culminada la expedición, Colón y sus acompañantes llegaron (aunque Colón murió pensando otra cosa) a tierras americanas, específicamente al Caribe. Fue el principio de la colonización española a América.
Caracterizada esta colonización, en principio, por una serie de expediciones, fundaciones y exploraciones. La corona española a través del consejo de Indias daba las pautas y los lineamientos para regular la dominación española hacia los nativos americanos. Se dirimían los conflictos en las audiencias, los colonos españoles se repartían una serie de territorios a los que pensaban tenían el derecho a poseerlos por conquistarlos; a estos se le denominaban encomiendas.