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domingo, 24 de mayo de 2015

La leyenda de la fundación de Roma


Cuando los griegos de Menelao, Ulises y Aquiles conquistaron Troya, en el Asia Menor, y la pasaron a sangre y fuego, uno de los pocos defensores que se salvó fue Eneas, fuertemente “recomendado” por su madre, que era nada menos que la diosa  Venus (Afrodita).

Con una maleta a hombros, llena de imágenes de sus celestes protectores, entre los cuales, naturalmente, el puesto de honor correspondía a su buena mamá, pero sin una lira en el bolsillo, el pobrecito se dio a recorrer el mundo, al azar. Después de no se sabe cuántos años de aventuras y desventuras, desembarcó, siempre con las maletas a cuestas, en Italia; se puso a remontarla hacia el norte, llegó al Lacio, donde se casó con la hija del rey latino, que se llamaba Lavinia, fundó una ciudad a la que dio el nombre de la esposa, y al lado de esta vivió feliz y contento el resto de sus días.

Su hijo Ascanio fundó Alba Longa, convirtiéndola en nueva capital. Y tras ocho generaciones, es decir, unos doscientos años después del arribo de Eneas, dos de sus descendientes, Numitor y Amulio, estaban aún en el tronco del Lacio. Desgraciadamente, dos en un trono están muy apretados. Y así, un día, Amulio echó al hermano para reinar solo, y le mató todos los hijos, menos uno: Rea Silvia. Más, para que no pudiese traer al mundo algún hijo a quien, de mayor, se le pudiese antojar vengar al abuelo, la obligó a hacerse sacerdotisa de la diosa Vesta, o sea monja.

Un día, Rea, que probablemente tenía muchas ganas de marido y se resignaba mal a la idea de no poder casarse, tomaba el fresco a orillas del río porque era un verano tremendamente caluroso, y se quedó dormida. Por casualidad pasaba por aquellos parajes del dios Marte, que bajaba a menudo a la tierra, un poco para organizar una guerrita que otra, que era su oficio habitual, y otro en busca de chicas, que era su pasión favorita. Vio a Rea Silva. Se enamoró de ella, y sin despertarla siquiera, la embarazó.

Amulio se encolerizó muchísimo cuando lo supo. Más no la mató. Aguardo a que pariese, no uno, sino dos chiquillos gemelos. Después, ordenó meterlos en pequeñísimas almadía que confió al río para que se los llevase, al filo de la corriente, hasta el mar, y allí se ahogasen. Más no había contado con el viento, que aquel día soplaba con bastante fuerza, y que condujo la frágil embarcación no lejos de allí, encallando en la arena de la orilla, en pleno campo. Ahí, los 2 desamparados, que lloraban ruidosamente, llamaron la atención de una loba que acudió para amamantarlos. Y por eso este animal se ha convertido en el símbolo de Roma, que fue fundada después por los dos gemelos.

Los maliciosos dicen que aquella loba no era en modo alguno una bestia, sino una mujer de verdad, Acca Laurentia, llamada loba a causa de su carácter salvajino y por las muchas infidelidades que hacía a su marido, un pobre pasto, yéndose a hacer el amor en el bosque con todos los jovenzuelos de los contornos. Más acaso todo eso no son más que chismorreos.

Los dos gemelos mamaron la leche, luego pasaron a las papillas, después echaron los primeros dientes, recibieron uno el nombre de Rómulo, el otro, el de Remo, crecieron y al final supieron su historia. Entonces, volvieron a Alba Longa, organizaron una revolución, mataron a Amulio y repusieron en el trono a Numitor. Después, impacientes, como todos los jóvenes, por hacer algo importante, en vez de esperar un buen reino edificado por el abuelo, que sin duda se lo hubiera dejado, se fueron a construir otro nuevo un poco más lejos. Y eligieron el sitio donde su almadía había encallado, en medio de las colinas entre las que discurre el Tíber, cuando está a punto de desembocar en el mar. En aquel lugar, como a menudo sucede entre hermanos, litigaron sobre el nombre que dar a la ciudad. Luego decidieron que ganaría el que hubiese visto más pájaros. Rómulo, sobre el Palatino, vio doce: la ciudad se llamaría, pues, Roma. Uncieron dos blancos bueyes, excavaron un surco, y construyeron las murallas jurando matar a quienquiera las cruzase. Remo, malhumorado por la derrota, dijo que eran frágiles y rompió un trozo de un puntapié. Y Rómulo, fiel al juramento, le mato de un badilazo.

Todo esto, dícese, aconteció 753 años antes de que Jesucristo naciese, exactamente el 21 de abril, que todavía se celebra como el aniversario de la ciudad, nacida, como se ve, de un fratricidio. Sus habitantes hicieron de ellas el comienzo de la Historia Del Mundo, hasta que el advenimiento del Redentor impuso otra contabilidad.


Tal vez también los pueblos vecinos hacían otro tanto: cada uno de ellos databa la Historia del Mundo por la fundación de la propia capital, Alba Longa, Rieti, Tarquinia o Arezzo. Más no lograron que los otros lo reconocieran, porque cometieron el pequeño error de perder la guerra, más aún, las guerras. Roma, en cambio, las ganó. Todas. La finca de pocas hectáreas que Rómulo y Remo recortaron con el arado entre las colinas del Tíber convirtiéndose en el espacio de pocos siglos en el centro del Lacio, después de Italia, y más tarde, del mundo conocido hasta entonces. Y en todo él se habló su lengua, se representaron sus leyes y se contaron los años ab urbe condita, o sea, desde aquel famoso 21 de abril de 753 antes de Jesucristo, comienzo de la historia de Roma y de su civilización.

Naturalmente las cosas no acontecieron precisamente así. Pero así los papás romanos quisieron durante muchos siglos que les fuesen contadas a sus hijos: un poco, porque creían en ellas y otro poco, porque, grandes patriotas, les halagaba mucho el hecho de poder mezclar los dioses influyentes como Venus y Marte y personajes de elevada posición como Eneas, al nacimiento de su Urbe. Sentían oscuramente que era muy importante educar a sus hijos en la convicción de que pertenecían a una patria edificada con el concurso de seres sobrenaturales, que seguramente no se hubieran prestado a ello de no haberse propuesto asignarle un gran destino. Esto dio un fundamento religioso a toda la historia de Roma, que, en efecto, se derrumbó cuando se prescindió de él.

domingo, 10 de mayo de 2015

Un Argumento A Favor Del Teísmo. (El Argumento Cosmológico Kalam) Pt. 2



SEGUNDA PARTE
La Naturaleza de la Primera Causa

Ya hemos establecido la necesidad filosófica y científica de una Primera Causa pero no su naturaleza. ¿Qué es lo que se requiere de la Primera Causa para que sea realmente la primera causa de todos los otros efectos?

Incausada

La Primera Causa debe ser en sí misma incausada. Si bien es la causa de todo lo demás, es en sí misma no causada por alguna cosa. Por definición, este es el caso de una Primera Causa.

Eterna y Necesaria

Todas las cosas temporales deben tener una causa, [19] por lo que la primera causa no puede ser temporal, sino que debe ser eterna. [20] (Sea lo que sea eterno, nunca tuvo un principio para llegar a ser). [21] Y lo que es eterno es necesario, ya que debe existir y debe ser lo que es. No puede no existir, y no puede ser otra cosa que no sea lo que es. Esta es la razón por la que los filósofos se refieren a Dios como un Ser Necesario. Su existencia no se deriva ni depende de una causa anterior. Él le da existencia a todo lo demás, [22] pero Él mismo no recibe su existencia de nada ni de nadie. Un ser de este tipo simplemente es. [23]

No Espacial e Inmaterial

Por otra parte, la Primera Causa no puede ser espacial o material, porque estas cosas vinieron a existir simultáneamente con el tiempo (el punto de singularidad), y la causa de estas cosas es la que está en cuestión. Si la Primera Causa se basa en el espacio y la materia, la misma no podría ser la causa del espacio y la materia, sino que simplemente sería esas mismas cosas. Es imposible traer a la existencia algo que ya existe. De la misma manera en que la Primera Causa debe ser eterna para causar la existencia del tiempo, también debe ser no espacial e inmaterial para causar la existencia del espacio y la materia.

Actualmente Pura

La Primera Causa también debe poseer actualidad pura. Los seres se dividen en dos categorías: los reales (los que realmente existen) y los potenciales (los que tienen el potencial de existir). [24] Un ser que es eterno y necesario, es un ser con Existencia Pura o Actualidad Pura, que no posee la potencialidad para llegar a ser lo que es. Sea lo que sea la Primera Causa, no posee ningún potencial para llegar a ser, porque lo que tiene la potencialidad para llegar a ser, debe tener aquella potencialidad actualizada por otro actualizador (la causa). Ninguna potencialidad puede actualizarse a sí misma. Debe ser actualizada por algo más. Por ejemplo, el metal tiene la potencialidad para convertirse en un carro, pero no se puede actualizar a sí mismo para convertirse en tal, a menos que una fuerza externa actúe sobre la potencialidad del metal para convertirse en un carro. Se trata de una simple relación de causa y efecto. Si la primera causa tiene la potencialidad para llegar a ser, tendríamos que preguntar ¿Quién actualiza su potencial para llegar a ser? Si Dios es la Primera Causa, tendríamos que preguntarnos: ¿Quién hizo existir a Dios? Esto nos envía una vez más hacia afuera en busca de la Primera Causa. Debido a que no puede haber una regresión infinita de causas, la Primera Causa debe poseer actualidad pura, al no tener la potencialidad de que su propio ser sea actualizado por una causa anterior. La Primera Causa es la que actualiza (causa) todos los otros potenciales (capacidad de llegar a ser), pero no tiene el potencial de que su propio ser sea actualizado por otro actualizador.

Infinita y Simple = Uno

¿Qué haría falta para que algo sea un Causante Incausado? Además de ser eterno, inmaterial, y no-espacial, un Causante Incausado necesita ser infinito y simple, porque lo finito y compuesto es contingente, ya que requiere tanto una fuente para su existencia como una causa para unir sus partes compuestas. Lo que tiene un origen y una causa no puede ser el causante incausado de todo lo demás. Dado que ya hemos demostrado la imposibilidad de una regresión infinita de causalidad, debe haber una primera causa que sea simple e infinita. Ser infinito implica un "todo", y no puede haber dos "todos". Al apreciar que no puede haber más de un infinito, no puede haber más que una Primera Causa.

Personal

La evidencia apunta a una causa primera que es de naturaleza personal, no impersonal.

Anteriormente se argumentó que la causa de algo siempre es mayor que el efecto. Si el universo muestra trazas de la personalidad y la inteligencia, se deduce que la causa del universo también posee personalidad e inteligencia. La Primera Causa no sólo debe poseer personalidad e inteligencia, sino que debe poseer más personalidad e inteligencia que la del efecto, debido a que la causa debe ser mayor que el efecto. Si la Primera Causa fuera impersonal, sería difícil explicar el origen de los elementos personales reflejados en nuestro universo. Los elementos personales, no materiales, como la mente y el alma, no pueden ser traídos a la existencia por causas impersonales o físicas.

En su conferencia titulada "Usted Apuesta su Vida: Un Caso Simple Contra el Ateísmo", [25] Greg Koukl aboga por la necesidad de una Primera Causa personal, utilizando una distinción filosófica que se relaciona con la causalidad. Hay dos tipos de causas: la causalidad de evento (el resultado espontáneo de factores impersonales anteriores) y la causalidad de agente (donde simplemente decide un agente). Cuando se trata de la relación de causalidad de eventos, siempre es conveniente preguntarse ¿cuál fue el evento que causó este evento?, porque cada caso supone un evento causal anterior. Por ejemplo, digamos que un techo se derrumbó ¿Qué causó este evento? Un árbol que se cayó. ¿Por qué se cayó este árbol? Debido a que fue consumido por el fuego. ¿Por qué estaba en llamas? Debido a que la hierba que lo rodeaba se incendió. ¿Por qué? Debido a la falta de lluvia, y así sucesivamente.

Una causalidad de evento (es decir, una entidad no personal) no puede explicar el origen del universo, ya que con cualquier evento debemos preguntarnos qué evento previo causó dicho evento, y qué evento previo causó dicho evento, ad infinitum. Al tener presente que una regresión infinita de causalidad no es posible, porque no puede haber una cantidad infinita de tiempo en el que una cantidad infinita de acontecimientos pudieran tener lugar, la causa última del universo no puede ser un acontecimiento impersonal.

Cuando una causalidad de evento (un qué) no es suficiente para explicar un evento, automáticamente por defecto tenemos la causalidad de agente (un quién), reconociendo que un agente libre tiene que ser responsable del evento. Por ejemplo, si el cuarto de tus niños está hecho un desastre, y tú estás seguro de que ningún tornado ha pasado a través de la habitación, te preguntarás inmediatamente "¡¿Quién hizo esto?!"

Con la causalidad de agente, simplemente decide un ser inteligente con libre albedrío. Aunque los agentes tienen razones para explicar lo que hacen, esas razones influyen en sus decisiones pero no los obligan. Una decisión es la que le va a permitir moverse. Algo más no tiene que moverlo. Sólo un agente con libre voluntad de auto-moverse puede explicar el origen del universo. Por definición, este ser es personal.

William Lane Craig argumenta a favor de una causa personal del universo, basado en la imposibilidad de que una causa eterna impersonal forje un efecto finito como el universo. Él dijo: "Una causa impersonal inmutable no puede existir sin su efecto. Si las condiciones impersonales inmutables para un efecto están eternamente presentes, entonces su efecto debe ser también eternamente presente". [26] Craig demostró su punto con una analogía del agua eterna. La causa de la congelación del agua es que la temperatura caiga por debajo de cero grados centígrados. Si la temperatura del agua estaba por debajo de los cero grados centígrados desde la eternidad, el agua nunca podría empezar a congelarse desde un tiempo finito. Simplemente estaría eternamente congelada. Del mismo modo, si la causa eterna del universo fuera impersonal, el efecto de esa causa (es decir, el universo) sería eterna, porque no habría ningún agente personal que tuviera la voluntad de que el efecto finito llegara a existir en un punto finito en el tiempo.

Podemos imaginar a un hombre eterno que ha estado sentado por la eternidad, y quiere empezar a ponerse de pie en un punto finito. El efecto no es eterno sino finito, y sólo viene a la existencia debido a la voluntad del hombre para cambiar su estado eterno. Lo mismo no puede decirse de algo que es impersonal, como el agua. El agua no va a cambiar su estado de ser, así como mi camisa no puede querer estar planchada en lugar de estar arrugada. Si un agente personal (yo) no hace nada para cambiar el estado de la camisa de arrugada a planchada, quedará arrugada para siempre.

Sin un agente personal que tuviera la voluntad de que el efecto finito del universo existiera, el universo no podría tener un principio, sino que sería eternamente contemporáneo con la causa eterna. Como ya hemos demostrado que el universo tuvo un principio finito, sabemos que la causa del universo no puede ser impersonal, sino que se requiere de un agente personal. Como dijo Craig: "La única manera para que una causa sea atemporal [eterna], y el efecto haya comenzado hace un tiempo finito, es que la causa sea un agente personal que optó por crear un nuevo efecto sin cualquier condición de determinación previa". [27] Quienquiera que sea este agente personal, tiene una enorme cantidad de poder y es incomprensiblemente inteligente.

Concluimos pues, que la Primera Causa debe ser incausada, eterna, necesaria, inteligente, personal, inmaterial, no-espacial y trascendente al universo. Hasta ahora las condiciones necesarias para la Primera Causa describen a la perfección al Dios del cristianismo. Si bien hay otras medidas necesarias para identificar plenamente a la Primera Causa como el Dios del cristianismo, [28] sin embargo los requisitos para la Primera Causa que hemos establecido hasta ahora, sólo pueden ser satisfechas por un ser personal divino. Esto descarta cualquier explicación naturalista del universo, tales como la evolución darwiniana. Lo mismo puede decirse de todos los puntos de vista que proponen una entidad no personal o a la energía como la Primera Causa, tal como se encuentra en la secta de la Ciencia Cristiana, las creencias de la Nueva Era y el Hinduismo. Del mismo modo, las doctrinas de dios (dioses) que sostienen que dios (dioses) es (son) el universo, o está(n) dentro del universo, también son falsas. Por último, cualquier religión que no crea en un Dios eterno (como el Mormonismo) no puede ser verdad, porque un Dios atado al tiempo es un Dios que también debe haber sido creado, y no puede explicar el origen de un universo temporal [29].

Las Implicaciones de la Negación de Dios Como la Primera Causa

Si uno rechaza a Dios como la Primera Causa del universo, tiene que confesar que el universo vino a la existencia de la nada, que el universo fue causado por nada, que el efecto es mayor que la causa, que la vida proviene de la no-vida, que el orden proviene del caos, y que las leyes naturales provienen de la aleatoriedad.

Greg Koukl lo dijo muy bien cuando comentó:

“¿Por qué optar por una cosa así? ¿Por qué defender una cosa así? Eso es tratar a la nada como si se tratara de algo, y a ninguna parte como si se tratara de algún sitio. Es como decir que algo hizo el universo y que la nada era ese algo."
...
Esto dice que la vida provino de la no-vida, y el orden provino del caos, y la ley natural provino de la aleatoriedad, y que el efecto es mayor que la causa. Pero muchacho, usted tiene que tener una fe impresionante para creer en este tipo de cosas”. [30]

ARGUMENTO RESUMEN

1. Infinito, por definición, es sin principio ni fin.

2. No podemos llegar a una infinidad de algo, por contar o agregar una cosa a otra.

3. El universo no puede ser eterno, porque el hoy marcaría el final del pasado eterno, y sin embargo la eternidad no tiene ningún final que pueda alcanzarse.

3.a. Si podemos detenernos en nuestro conteo para reconocer que vivimos en el presente, entonces una eternidad no pudo haber precedido el hoy. 

3.b. Si el pasado es eterno, sería imposible llegar a la actualidad (analogía de la reacción en cadena del dominó), ya que un número infinito de acontecimientos o momentos no se podría completar.

4. El universo debe tener una causa personal.

4.a. La causa del universo debe ser la Primera Causa, pues no podemos empujar infinitamente hacia atrás el problema de la causalidad (lo cual es imposible).

4.b. La Primera Causa debe ser eterna, inmaterial y no-espacial, para poder traer el tiempo, el espacio y la materia a la existencia.

4.c. La Primera Causa debe ser personal e inteligente, porque la creación cuenta con elementos personales e inteligentes, y la causa debe ser mayor que el efecto.

4.d. La Primera Causa es una causa autoexistente (que dio existencia a todas las cosas), eterna, inmaterial, no-espacial, inmutable, independiente, personal, inteligente y trascendente al universo.

El Argumento Cosmológico Kalam en Forma Silogística

P1 Todo lo que comienza a existir tiene una causa
P2 El universo comenzó a existir.
__________________________
El universo tiene una causa

       P2 es soportado por los dos argumentos siguientes:

       P1 Una colección formada por la adición sucesiva, no puede ser realmente infinita.
       P2 Una serie temporal de acontecimientos, es un conjunto formado por la adición sucesiva.
       ______________________________________________________
       Una serie temporal de acontecimientos no puede ser realmente infinita.

       P1 Es imposible completar una serie infinita de eventos
       P2 En un cosmos eterno, el hoy sería el final de una serie infinita de eventos
       _____________________________________________________
       El cosmos no puede contener una serie infinita de eventos

P1-Una causalidad de evento requiere una causa anterior hasta el infinito
P2 No puede haber una regresión infinita de causalidad.
_________________________________________
La primera causa no fue un evento

P1 Una causalidad de agente es suficiente en sí misma para lograr un efecto sin una causa previa
P2 La causa del universo no puede tener una causa anterior
____________________________________________
La causa del universo fue un agente

Tiene que haber un punto singular en el tiempo pasado en el que empezó a existir algo en lugar de nada. La causa de la aparición de la esfera de lo creado debe ser eterna, no-espacial y personal.

APÉNDICE

Algunos pueden argumentar que no es coherente afirmar que la existencia de la personalidad y la inteligencia en nuestro universo exige que la Primera Causa posea personalidad e inteligencia, así como cuando también se objeta que sólo una causa eterna, no-espacial  e inmaterial puede explicar el surgimiento del tiempo, el espacio y la materia. ¿Si la Primera Causa no tiene que ser eterna, no-espacial e inmaterial para haber traído a la existencia el tiempo, el espacio y la materia, entonces cuando se tiene en cuenta la personalidad y la inteligencia que encontramos en nuestro universo, se puede deducir que la Primera Causa debe ser no-personal y no-inteligente? No. Tal argumento implica que la lógica detrás de la anterior afirmación es que para causar algo, la causa tiene que ser lo contrario del efecto. Pero en realidad eso no está empleando la lógica. La causa de algo no debe ser opuesta al efecto para que el efecto llegue a existir.

La razón por la que la Primera Causa debe ser eterna, no-espacial e inmaterial para explicar el comienzo de un mundo material (tiempo, espacio y materia) se debe al hecho de que sabemos que estos tres elementos deben tener un principio, y que el principio debe encontrarse en una Primera Causa. Si la Primera Causa fuera parte del tiempo, el espacio y la materia, entonces no podría haber traído a la existencia el continuo espacio-tiempo-materia. Sin embargo, lo mismo no puede decirse de la personalidad y el intelecto. No hay evidencia que sugiera que la personalidad y el intelecto tengan su origen con el universo material. En realidad, la evidencia filosófica sugiere que la personalidad y la mente pertenecen al reino espiritual [31] (que no necesita de un principio), y no al reino físico (que debe tener un principio). [32] Sólo aquello que es material requiere un principio. Lo que es inmaterial no tiene un principio, pues es eterno.

¿De dónde proviene el aspecto inmaterial del hombre (como la mente/alma)? Tiene que venir de lo que es a la vez espiritual y eterno, porque lo físico y temporal sólo puede producir cosas físicas y temporales a las cuales no pertenece el alma. Esto requeriría de una fuente que es trascendente para el universo material. Lo único que trasciende al universo material es la Primera Causa del universo. ¿La Primera Causa puede contar con estos elementos? Sí. La eternidad y la inmaterialidad son esenciales a la naturaleza de la Primera Causa, y lo que es inmaterial es por definición espiritual. Entonces la naturaleza espiritual del hombre debe trascender a la esfera de lo creado, encontrando la razón de su existencia dentro de la Primera Causa.

La personalidad y el intelecto del hombre no comenzaron a existir con el hombre, sino que preexistían en la Primera Causa como parte de su naturaleza esencial. La personalidad y el intelecto que se encuentran en el hombre no son lacreación de alguna cosa nueva que no existía antes, sino que son un reflejo de la naturaleza esencial de la Primera Causa. La personalidad y el intelecto pertenecen propiamente a la Primera Causa, pero el hombre participa de este aspecto espiritual por la impartición de la Primera Causa trascendente. La primera causa es Espíritu, el hombre solamente tiene espíritu. De la Primera Causa es que nosotros obtenemos nuestros aspectos inmateriales de personalidad, mente e inteligencia. [33]

Para ilustrar este punto, considere la transmisión de conocimientos. Cuando un profesor transmite un conocimiento a sus alumnos, esto no causa la existencia de aquel conocimiento, ni tampoco la existencia de más conocimiento. El maestro sólo provoca que más personas posean ese conocimiento. De la misma manera, la impartición que la Primera Causa hace de la personalidad y el intelecto en el hombre, no causa que la personalidad y el intelecto comiencen a existir, sino que sólo hace que más personas los posean.

Nosotros tendríamos que confesar que aunque la inferencia es que el aspecto inmaterial del hombre es eterno, éste entró en vigor en un punto determinado del tiempo. ¿Esto es una contradicción? [34] No. La eternidad del aspecto inmaterial del hombre y su comienzo temporal en nosotros individualmente, no están en contradicción. Aunque nosotros comenzamos a tener personalidad e intelecto en un punto determinado del tiempo, la personalidad y el intelecto por sí mismos no empiezan con nosotros en particular, ni con la humanidad en general. La personalidad y el intelecto son atributos eternos e inmateriales de la Primera Causa, de los que participa la humanidad. Mientras que la personalidad y el intelecto se reflejan en el reino material, la personalidad y el intelecto trascienden al ámbito material en la Primera Causa. La Primera Causa es la fuente trascendente de todo ser inmaterial.

Si bien, no todo lo que tiene existencia espiritual ha existido eternamente (como los ángeles y el aspecto inmaterial de la humanidad), la categoría de la existencia definida como "espiritual" ha de ser eterna, porque la espiritualidad (inmaterialidad) es un atributo esencial de la Primera Causa, y la Primera Causa es eterna. Mientras que el aspecto espiritual de la humanidad tiene un comienzo en el que llegó a existir en un momento determinado, la sustancia espiritual de la que participamos es eterna en su naturaleza. La sustancia en sí es eterna, pero nosotros no poseemos eternamente la sustancia. Empezamos a tener la sustancia en el tiempo, cuando la Primera Causa trascendente la extiende a nosotros. La única cosa temporal sobre nuestra naturaleza espiritual, es el momento en el que empezamos a participar de forma individual de la sustancia espiritual eterna de la Primera Causa.

En este punto, algunos podrían pensar que estoy defendiendo alguna forma de panteísmo en el que todo es Dios. Este no es el caso. El hecho de que nuestra naturaleza inmaterial se derive de la Primera Causa trascendente y eterna, no significa que compartamos la divinidad o que nosotros mismos seamos seres divinos. Aunque derivamos nuestra naturaleza espiritual de la Primera Causa, somos personalmente distintos de la misma. Tenemos una existencia particular e individual que es peculiarmente nuestra, que se diferencia de la de los otros seres humanos, y también de la Primera Causa. Tal como todas las cosas materiales participan de la sustancia material común, sin embargo una cosa material permanece distinta de otra cosa material (un árbol es distinto de una roca, una roca es distinta de un ave, etc., y sin embargo todas comparten la materialidad), del mismo modo, mientras que todos los seres espirituales participan de la sustancia espiritual común, una cosa espiritual se distingue de otra: Yo permanezco distinto de ti, y la Primera Causa sigue siendo distinta de mí.

En resumen, hay dos categorías básicas de la existencia: lo material y lo inmaterial (lo espiritual). Sólo lo que es material requiere un principio. Lo que es inmaterial no puede tener su origen en el mundo material, porque el mundo material sólo puede producir cosas materiales. Lo inmaterial debe ser eterno, porque la inmaterialidad es un aspecto esencial de la Primera Causa, y la Primera Causa es eterna. Entonces todo lo que en nuestro universo físico participa de la sustancia espiritual (como el alma, el intelecto, la mente, el espíritu, etc.), debe encontrar su origen en algo que trasciende al mundo material. Lo único que trasciende al mundo material es la Primera Causa. El aspecto espiritual del hombre debe encontrar su origen en la Primera Causa, lo que refleja la inteligencia y la personalidad inherente a su naturaleza, sin dejar de ser personalmente distinto a la misma.


Notas al Pie



[19] Las cosas temporales requieren de una causa anterior, porque todas las causas y efectos ocurren secuencialmente en el tiempo. Es imposible que una relación de causa y efecto se establezca al mismo tiempo. La causa de todo efecto debe ocurrir de manera previa a tal efecto. Si el tiempo tuvo un comienzo, la causa de ese primer momento de tiempo no puede ser en sí misma temporal, porque no podría haber algo secuencialmente anterior (una palabra temporal) para el primer instante de tiempo. Decir que hay una causa temporal para el primer instante de tiempo, es como si yo dijera que yo causé mi propia existencia. Eso es imposible, ya que yo tendría que existir antes de mi propia existencia con el fin de causar mi existencia. Algo no puede ser su propia causa, así se trate de mi propia existencia o de la existencia del tiempo. Entonces cualquiera que sea la causa del tiempo, esta debe trascender al tiempo. Sólo algo eterno puede explicar el origen del tiempo.
[20] Muchos se preguntan, "¿Qué hacía Dios antes de crear el universo? ¿No estaría aburrido si no existiera nada más que Él mismo?" Esta pregunta se responde fácilmente a la luz de la eternidad de Dios. El problema con tal pregunta, es que la existencia de Dios antes de la creación se está pensando en términos temporales. Tendemos a pensar en la existencia de Dios por miles de millones y millones de años antes de la creación del universo. Tal pensamiento es comprensible pero inexacto. Es comprensible porque nosotros somos criaturas temporales, y como tal estamos obligados a pensar y hablar en categorías/términos temporales; es inexacta porque una existencia eterna es una existencia sin tiempo, por lo que no es conveniente aplicar categorías/términos temporales a lo eterno. Así que la pregunta ¿Qué hacía Dios antes de la creación? es una declaración equivocada. "Antes" es una palabra temporal. Es imposible tener un antes a la existencia del tiempo, porque "antes" es una palabra temporal. Lo mismo se puede decir de la pregunta ¿Cuánto tiempo ha existido Dios? La existencia de Dios no puede ser definida en términos de tiempo (años, eones, etc.). La pregunta sobre cuánto tiempo ha existido Dios, presupone que Dios existe en el tiempo y que por tanto su existencia es mensurable. Sin embargo, una existencia eterna no se puede medir porque es eterna, sin principio y sin fin. Todas estas reflexiones evidencian el hecho de que erramos al imponer categorías temporales sobre el Ser eterno.
[21] Alguien podría objetar que los teístas están engañando en este punto, cuando permiten que Dios es eterno pero no permiten lo mismo para el universo. Esta objeción está mal informada, porque supone erróneamente que estamos argumentando que nada puede ser eterno. Tal no es el caso. El argumento cosmológico demuestra que el universo físico no puede ser eterno, no que algo pueda ser eterno. De hecho, algo tiene que ser eterno: el universo, o algo fuera del universo. Obligados por las pruebas que se han ofrecido, el universo no puede ser ese algo, lo que por defecto nos conduce a que lo que es eterno tiene que ser algo por fuera del universo natural (lo que por definición hace sobrenatural a la causa del universo). Si Dios no es físico, y no experimenta una serie de acontecimientos físicos, puede ser eterno y sin causa.
[22] Esta es una reminiscencia de la declaración de Pablo en Hechos 17:28: "Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos".
[23] Piense en la declaración de Dios en Éxodo 3:14, cuando Él se llamó a sí mismo "Yo soy el que soy", lo que indica su autoexistencia.
[24] Si bien estos términos pueden sonar complicados, los utilizamos frecuentemente de una manera muy simple. Si alguien hace una afirmación que es falsa, le corregimos, diciendo: "En realidad es de esta manera". Lo que queremos decir es que la realidad de las cosas es diferente a la forma en las que el individuo las concibió. Del mismo modo, a menudo decimos a nuestros hijos: "Tú tienes un gran potencial para ser tal y tal cosa, o para hacer tal y tal cosa". Lo que  queremos decir es que el niño no es realmente tal o cual ahora mismo, pero que posee la capacidad de convertirse en tal o cual, si él actualiza ese potencial en él. Cuando se trata del ser, los términos "real" y "potencial" se utilizan de una manera similar. El primero describe lo que ya existe, mientras que el segundo describe lo que podría existir si se actualiza.
[25] Disponible en https://store.str.org/ProductDetails.asp?ProductCode=CD124
[26] William Lane Craig, "¿Cuál es la Evidencia a Favor y en Contra de la Existencia de Dios?" (Carter Center in Atlanta, GA: The Faith and Science Lecture Forum, 1998), filmstrip.
[27] Ibídem.
[28] Argumentar a favor de la existencia de Dios nos deja en la mitad del camino, pero al llegar al monoteísmo debemos demostrar que la Primera Causa es infinita, porque no puede haber más que un infinito. Podemos establecer el infinito de Dios, demostrando que la Primera Causa no puede ser finita y compuesta. Podemos demostrar que Él no puede ser finito y compuesto, basados en el hecho de que Él no tiene causa. Sólo necesitamos preguntarnos ¿Qué haría falta para que algo sea un Causante incausado? Además de ser eterno, inmaterial y no espacial, un Causante incausado necesita ser infinito y simple, porque lo finito y compuesto es contingente, requiriendo tanto de una fuente para su existencia como de una causa para unir sus partes compuestas. Lo que tiene un origen y una causa no puede ser el causante incausado de todo lo demás. Al ver que ya hemos demostrado la imposibilidad de una regresión infinita de causalidad, debe haber una Primera Causa que es simple y necesaria, y por lo tanto infinita. Ser infinito implica un "todo", y no puede haber todos. Así que nuestra reflexión sobre la relación causal no sólo prueba que Dios tiene que existir, sino que también este Dios tiene que ser uno, no muchos. (Entre más nos fijamos en la creación, descubrimos que este ser infinito y singular también debe ser personal). Esto elimina a todas las religiones politeístas de la ecuación, y nos deja con las tres religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el Islam. Para delimitar aún más las opciones, debemos examinar sus libros sagrados, cada uno de los cuales dice ser de inspiración divina. Si las afirmaciones de alguno de estos libros sagrados pudiera ser probada como falsa o inválida, contaríamos con una buena razón para rechazar la religión que se basa en tales afirmaciones. Aunque el espacio no me permite demostrarlo, dicha investigación nos conduce al Dios del cristianismo.
[29] Según la doctrina mormona Dios es espacial, temporal y material, lo que lo arraiga dentro de la creación. No es trascendente a la creación, sino que forma parte de ella. Como parte de la creación, Dios estaría sujeto a la segunda ley de la termodinámica. La segunda ley de la termodinámica dice que todas las cosas dentro de un sistema cerrado tienden a estropearse y deteriorarse. Si el Dios Mormón no puede trascender al sistema cerrado de nuestro universo, porque Él está tan arraigado a éste al igual que lo estamos nosotros, entonces él estaría sujeto a la segunda ley de la termodinámica tal como nosotros. Esto significaría que el Dios del mormonismo se está desgastando con el paso del tiempo.
[30] Greg Koukl, "La Incredulidad Increíble", disponible en Internet en: http://www.str.org/quickthoughts/unbelievable-unbelief#.UY8xoKJg_to, consultado el 14 de octubre de 2002.
[31] Los cristianos llaman a este aspecto espiritual del hombre "alma", "espíritu" y/o "mente".
[32] Para una discusión detallada de esta posición, recomiendo el artículo de Greg Koukl titulado "Dominós, determinismo y naturalismo", que se encuentra en http://www.str.org/articles/dominoes-determinism-and-naturalism#.UY8yoqJg_to
[33] El hecho de que nuestra naturaleza inmaterial se deriva de la Primera Causa trascendente y eterna, no significa que compartamos su divinidad y que seamos dioses por derecho propio. Aunque derivamos nuestra naturaleza espiritual de la Primera Causa, somos personalmente distintos a la misma. Tenemos una existencia individual que es peculiarmente la nuestra, que se diferencia de la de los otros seres humanos, y es diferente a la de la Primera Causa. Al igual que todas las cosas materiales participan de la sustancia material común, y sin embargo una cosa material permanece distinta de otra cosa material (un árbol es distinto de una roca, una roca es distinta de un ave, etc., y aún todas comparten la materialidad ), del mismo modo, mientras que todos los seres espirituales participan de la sustancia espiritual común, una cosa espiritual se distingue de otra: Yo permanezco distinto a ti, y la Primera Causa permanece distinta a mí.
[34] La filosofía griega vio esto como una contradicción, por lo que propuso que el alma preexiste eternamente al cuerpo material, pero que se unió al mismo en el tiempo. Pero dicha construcción no es necesaria para confesar la naturaleza eterna del alma y la naturaleza temporal del hombre.