“Competir en destrucción es lo contrario a competir en producción”.
“La competencia afecta la composición de la producción, pero países
enteros no pueden ganar o perder “la competencia global”. Lo único que ocurre
es que, al fomentar la especialización y así ampliar la producción mundial, la
competencia en el comercio internacional hace que todos los países sean
ganadores”.
La competencia económica es una rivalidad por ingresos de ventas, y
cuando una empresa gana una venta eso significa que en ese momento no la ganan
las otras. La competencia económica no es conflicto; es, incluso, una forma de
cooperación; la competencia económica es determinar quién es mejor en qué, y
qué métodos de producción son los mejores.
Se nos ha dicho que en el mercado se desatan mecanismos de competencia "feroces"; que son como 2 animales salvajes luchando por alimento o por alimentarse uno del otro. Pero, dejando de lado las metáforas, la competencia es una actividad
pacífica. Las empresas compiten en cuanto a cuál de ellas puede crear más
valor.
Un conflicto, por ejemplo una guerra, es una actividad violenta, en la
que cada lado busca directamente controlar, perjudicar, o destruir al otro.
Competir en destrucción es lo contrario a competir en producción.
Veamos ahora la noción de un país “ganándole” a otro, que es la esencia
del error. Una empresa dada puede ganarle a otra, pero un país no puede ganarle
a otro, eso es lógicamente imposible. Me refiero al hecho de que cada venta es
también una compra, lo que un individuo compra es lo que otro vende. Si yo te
vendo mi reloj, eso supone una venta para mí y una compra para ti. Ese es el
hecho incontrovertible que hace que una nación no pueda ganar o perder al
competir con otras naciones.
Más en detalle: ventas y compras son intercambios, siendo el dinero sólo
el intermediario. Cuando te vendo mi reloj, te estoy cambiando mi reloj por tu
dinero, pero sólo porque yo tengo intención de gastar ese dinero. Cuando una
empresa china cambia su producto por dólares americanos, lo hace solamente
porque tienen intención de gastarse esos dólares (la inversión también es un
gasto). ¿Dónde pueden gastar esos dólares? Directa o indirectamente, sólo en
Estados Unidos. Sí, pueden gastarlos fuera de Estados Unidos, pero sólo porque
el extranjero que acepta el pago en dólares sabe que en última instancia serán
gastados en USA. Sólo la demanda de productos americanos permite que los
dólares funcionen como algo más que papel mojado.
Como lo que un hombre vende es lo que otro compra, es imposible para
nadie pueda ganar compitiendo con otro. ¿Por qué? Porque cada venta que uno
hace también cuenta como una venta realizada por otra persona. Cada vez que él
le “gana” a sus competidores expandiendo sus ventas, alguien le paga. ¿Con qué
le pagan? No con papel, sino con productos (estamos incluyendo servicios en
“productos”). Es decir, cada venta adicional que él hace es, automáticamente,
una venta adicional que otro hace.
Vamos a concretar esto. Apple le vende un ordenador a José, anotándose
una pequeña victoria en cuanto a su competencia con HP y otros fabricantes de
ordenadores que también querían que José comprase sus marcas. Pero Apple está
vendiendo el equipo, no dándoselo gratis a José. Eso significa que José está
trocando parte de sus productos (o su trabajo, sus servicios laborales) con
Apple, a cambio del ordenador. Para José, esta transacción representa tanto una
venta como una compra (igual que para Apple representa tanto comprarle a José
como hacerle una venta a él).
Supongamos que José es peluquero. Cortando el pelo de la gente es cómo
consiguió el dinero que usa para pagar el ordenador Apple. Él troca sus
servicios de peluquero por dólares, y luego troca esos dólares con Apple por el
ordenador. Como el dinero es sólo el intermediario, es como si el intercambio
fuesen los servicios de peluquería por el ordenador. Es como si José y Steve
Jobs hubieran hecho un acuerdo de trueque: a cambio de un cierto número de
cortes de cabello que José le haga a Jobs, consigue un ordenador.
Así, la victoria de Apple sobre HP es al mismo tiempo la victoria de
José sobre los otros peluqueros.
Nada cambia si José trabaja en la línea de montaje de la Ford: está
intercambiando sus servicios laborales (a través de dinero) por los productos
que compra. Él les “gana” a todos los otros que compiten por ese trabajo, y eso
es lo que le permite seguir ganando su sueldo y comprando cosas, las cosas que
comprará de la empresa X y no de sus competidores.
Cada éxito de ventas en un lado de la transacción tiene un
correspondiente éxito de ventas en el otro lado. Esto es un corolario de la Ley
de Say: la oferta constituye su propia demanda. O: los bienes se pagan con
bienes.
Así que, la única forma de que una empresa podría ganarles en
competencia a todas los demás (no sólo en su mercado, sino en todos los
mercados), sería regalando sus productos. Mientras cobre por sus productos,
mientra los venda en vez de regalarlos, eso supone que representan ventas para
quienes le compran a la empresa.
El dinero hace un poco más difícil ver lo obvio que es esto, pero
realmente podemos considerar que “comprar” es “vender dinero”. Si usásemos el
oro como dinero, entonces sería más fácil de ver: cambiar oro por, digamos,
ordenadores, sería, de hecho, una venta de oro. En esencia, lo llames una
compra o una venta, es un intercambio. Es cambiar “valor por valor”.
(El dinero también añade un lapso de tiempo en el conjunto. La venta que
ganó el dinero fue anterior en el tiempo a la venta en la que el dinero fué
gastado. Pero eso no cambia las cosas: para poder tener dinero para gastar, uno
tiene que haber “vendido” algo por ese dinero, y da igual que ese “algo” sean
bienes o servicios o trabajo.)
Ahora podrías preguntar: ¿no hay algo raro cuando comparamos el que
Apple le gane a HP y el que José le gane a otro candidato en su trabajo? José
no es una empresa si trabaja para Ford, y su trabajo en Ford no es comparable a
Apple como empresa. Pero, en realidad, José sí es una empresa, como confirma el
hecho de que él podría constituirse en empresa y hacer un contrato entre
empresas con Ford (si se pusieran de acuerdo). Hoy estamos acostumbrados a ver
que cualquiera alterna todo el tiempo entre ser empleado y ser consultor de su
propia empresa individual. Pero la mejor explicación es ver qué pasa con la
empresa donde trabaja José, que asumamos es Ford.
Ford contrata a José única y exclusivamente porque obtiene un beneficio
de su trabajo. Y para obtener ese beneficio, la empresa tiene que venderle un
coche (un Ford) a alguien. Así que, saltándonos a todos los intermediarios,
vemos que Ford le gana la competencia a GM y a Chrysler cuando le vende un
coche a Bill. Esa forma de “marcarle un gol” a la competencia es lo que hace
posible que Ford le pague a José, y por lo tanto que Apple le “marque un gol” a
HP. De nuevo, podemos acortar el proceso mirando lo esencial: Ford intercambia
sus vehículos por ordenadores Apple.
De una forma u otra, el ganador de una competición en un mercado siempre
tiene un equivalente: un ganador de una competición en otro mercado. Esa es la
única forma que puede funcionar, puesto que los bienes siempre se intercambian,
en última instancia, por otros bienes.
Supongamos que Apple tiene éxito llevando a la quiebra a todos los otros
fabricantes de ordenadores. Eso significa que Apple recibe una gran cantidad de
ingresos por ventas, y que no hay ningún otro fabricante de ordenadores que
pueda recibirlos. Pero el dinero de Apple es sólo un sustituto por los bienes
que acabe comprando, y esas compras que hace Apple representan ventas exitosas
para los que producen esos bienes. (Y ese dinero, a su vez, provino de las
ventas exitosas de productos anteriores.)
Ahora apliquemos esto al comercio internacional. Es lógicamente
imposible que a un país le ganen en todos los ámbitos. Puede perder a la
competencia en algunos bienes concretos, pero sólo si le gana a la competencia
en otros bienes. Si China le gana a USA en el mercado de los ordenadores (de
forma que todos los ordenadores que USA compra son fabricados en China), eso
significa que USA le está ganando a China en alguna otra cosa, y esa otra cosa
es: todos los productos que están siendo usados para pagarles a las empresas
chinas por sus ordenadores. Mientras USA esté comerciando con China, está
comerciando con China: está intercambiando productos americanos por productos
chinos. Las importaciones americanas de productos chinos están siendo pagadas
con las exportaciones de productos americanos. Cuando las importaciones
aumentan, eso significa que las exportaciones aumentan (a menos, claro está,
que algún país esté regalando sus exportaciones).
Lo que la competencia – sea nacional o internacional – consigue hacer es
una especie de “selección natural” para la eficiencia. Las empresas, tanto
nacionales como extranjeras, que son más eficientes en un mercado determinado
crecen en ese mercado, y el corolario es que otras empresas, nacionales o
extranjeras, crecen en el suyo. China se especializa en lo que sus empresas
hacen mejor, y USA se especializa en lo que sus empresas hacen mejor. Tal vez
las fábricas de ordenadores chinas se expandan a costa de Apple y HP, pero eso
tiene el corolario que algún otro negocio americano – digamos, desarrollo de
software o equipos agrícolas – se está expandiendo a costa de sus competidores
chinos.
Por lo tanto, es imposible que un país gane la competencia
global. Pero es igual de imposible que pierda la
competencia global. Algunas empresas de cada país ganarán y otras perderán, y lo
mismo es necesariamente verdad para las equivalentes empresas extranjeras.
La competencia afecta la composición de la producción, pero países
enteros no pueden ganar o perder “la competencia global”. Lo único que ocurre
es que, al fomentar la especialización y así ampliar la producción mundial, la
competencia en el comercio internacional hace que todos los países sean
ganadores. El mercado es un proceso dinámico y ascendente. Es un juego de suma positivo, no un juego de suma cero.
La competencia es un proceso de continuo descubrimiento, donde el papel de la creatividad es determinante para que los bienes y servicios que ofrece la sociedad se mejoren continuamente a sí mismos; lo que hace que todo nos beneficiemos de ese proceso, y podamos en última instancia, mejorar nuestro nivel de vida. Que es lo que ha venido ocurriendo en los últimos 200 años aproximadamente.
Competencia no es conflicto, no si lo vemos desde una perspectiva más amplia y global; si vemos toda la película y no nos cegamos a ver una simple fotografía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario