Estamos en época de navidad, una celebración instituida a lo largo de varias generaciones e impregnada en toda nuestra cultura occidental. Fechas de reunión, vacaciones, celebración, luces, regalos y, para algunos, una relación directa con la religión. Pero, ¿Qué hay detrás de este ritual tan significativo para algunos?. Como todas las tradiciones, la navidad surgió espontáneamente por un proceso de continua transformación y cambio, que surge, evoluciona y se expande por todo el hemisferio occidental. Pero entonces, ¿Cuál es la naturaleza y el origen de la navidad? ¿Cuál ha sido su historia y su evolución?. Examinaré el génesis de esta tradicional festividad.
Para entender la raíz de la navidad nos tendremos que retrotraer unos 2.000 años atrás y situarnos en el hemisferio norte de la tierra, al norte de Europa, en lo que entonces eran tierras vikingas. Allí celebraban el final del solsticio de invierno, fecha en la que el Sol regresaba de sus días "muertos", que es donde se encuentra a mayor distancia del punto norte del hemisferio, lo que hace que aparezca poco o nada durante los días previos a la festividad y convierta a los días más cortos y las noches más largas. Así pues, el día final de "desaparición", el Sol "renacía", precisamente el 25 de Diciembre, día en el que los vikingos celebraban éste renacer quemando y/o guardando en el hogar un árbol de Yule durante 12 días.
También podemos encontrar más datos relevantes sobre los orígenes de estas festividades en el ceno del imperio romano en la época pagana y/o pre-cristiana. Allí por esos años celebraban por los mismos motivos que los nórdicos las llamadas "fiestas saturnales", fiestas honradas a los dioses Saturno, Mitra o Sol Invictus (nacimiento del sol invencible). Saturno era el dios de la agricultura y su conmemoración el 25 de Diciembre, día final del solsticio de invierno, obedecía al hecho de que precisamente el "regresar" del Sol favorecía las cosechas, siembras y la agricultura en general, las cuales se habían visto muy afectadas los días de las "noches largas" con el escaso Sol. Mitra, o su título: Sol Invictus, era el dios que metafóricamente representaba la victoria de la luz sobre la oscuridad, esto es, el regreso del Sol y su triunfante batalla.
Éstos días de celebración en Roma tenían unas particulares características: se cerraban las escuelas, los tribunales y las tiendas, se paraban las guerras, se liberaba a los esclavos, y los romanos cometían todo tipo de excesos con la bebida y la comida, se encendían radiantes hogueras para de esta manera "eliminar" la oscuridad propia de esas noches largas del solsticio de invierno (Podríamos aventurarnos a decir que éste simbolismo es la primitiva raíz de las luces navideñas, pero en todo caso...).
Vemos pues la relación directa entre las fiestas paganas vikingas y romanas con la actual navidad y su punto álgido el 25 de Diciembre. Pero, ¿Cómo fue la transición entre esas fiestas y la navidad actual?, ¿Cuál es su conexión más profunda?
En el siglo IV, el emperador romano Constantino adopta, legaliza, la religión cristiana como la religión oficial del imperio romano. Las tradiciones paganas estaban demasiado arraigadas en el pueblo romano, así que para que su imperio no cargara con un trauma tan grande por la transición del paganismo al cristianismo, readaptó las tradiciones paganas al cristianismo, cambiándoles sólo unos pocos detalles. En el caso de la navidad, adoptando el 25 de Diciembre como el día oficial del nacimiento de Jesús.
Inicialmente en sus celebraciones en la iglesia, en sus procesos de ritualización, los eclesiásticos cantaban música sacra en latín. A partir del siglo XII se condujeron a cantarlas en las lenguas vernáculas propias de los pueblos de origen para que todos las entendieran, cantaran y disfrutaran.
Tradicionalmente la navidad era una fiesta bulliciosa que solo la usaban para los excesos, lo que llevó, en su lógica evolución, a que cada vez, hartos de tanto bullicio, las familias las transformaran en una celebración más sencilla hecha exclusivamente en el hogar y de manera privada. Era tan escandalosa esta festividad que inclusive en el siglo XVII los reformistas protestantes ingleses llegaron a prohibirla, exactamente en 1659.
Para entender la raíz de la navidad nos tendremos que retrotraer unos 2.000 años atrás y situarnos en el hemisferio norte de la tierra, al norte de Europa, en lo que entonces eran tierras vikingas. Allí celebraban el final del solsticio de invierno, fecha en la que el Sol regresaba de sus días "muertos", que es donde se encuentra a mayor distancia del punto norte del hemisferio, lo que hace que aparezca poco o nada durante los días previos a la festividad y convierta a los días más cortos y las noches más largas. Así pues, el día final de "desaparición", el Sol "renacía", precisamente el 25 de Diciembre, día en el que los vikingos celebraban éste renacer quemando y/o guardando en el hogar un árbol de Yule durante 12 días.
También podemos encontrar más datos relevantes sobre los orígenes de estas festividades en el ceno del imperio romano en la época pagana y/o pre-cristiana. Allí por esos años celebraban por los mismos motivos que los nórdicos las llamadas "fiestas saturnales", fiestas honradas a los dioses Saturno, Mitra o Sol Invictus (nacimiento del sol invencible). Saturno era el dios de la agricultura y su conmemoración el 25 de Diciembre, día final del solsticio de invierno, obedecía al hecho de que precisamente el "regresar" del Sol favorecía las cosechas, siembras y la agricultura en general, las cuales se habían visto muy afectadas los días de las "noches largas" con el escaso Sol. Mitra, o su título: Sol Invictus, era el dios que metafóricamente representaba la victoria de la luz sobre la oscuridad, esto es, el regreso del Sol y su triunfante batalla.
Éstos días de celebración en Roma tenían unas particulares características: se cerraban las escuelas, los tribunales y las tiendas, se paraban las guerras, se liberaba a los esclavos, y los romanos cometían todo tipo de excesos con la bebida y la comida, se encendían radiantes hogueras para de esta manera "eliminar" la oscuridad propia de esas noches largas del solsticio de invierno (Podríamos aventurarnos a decir que éste simbolismo es la primitiva raíz de las luces navideñas, pero en todo caso...).
Vemos pues la relación directa entre las fiestas paganas vikingas y romanas con la actual navidad y su punto álgido el 25 de Diciembre. Pero, ¿Cómo fue la transición entre esas fiestas y la navidad actual?, ¿Cuál es su conexión más profunda?
En el siglo IV, el emperador romano Constantino adopta, legaliza, la religión cristiana como la religión oficial del imperio romano. Las tradiciones paganas estaban demasiado arraigadas en el pueblo romano, así que para que su imperio no cargara con un trauma tan grande por la transición del paganismo al cristianismo, readaptó las tradiciones paganas al cristianismo, cambiándoles sólo unos pocos detalles. En el caso de la navidad, adoptando el 25 de Diciembre como el día oficial del nacimiento de Jesús.
Origen de los villancicos
Inicialmente en sus celebraciones en la iglesia, en sus procesos de ritualización, los eclesiásticos cantaban música sacra en latín. A partir del siglo XII se condujeron a cantarlas en las lenguas vernáculas propias de los pueblos de origen para que todos las entendieran, cantaran y disfrutaran.
Tradicionalmente la navidad era una fiesta bulliciosa que solo la usaban para los excesos, lo que llevó, en su lógica evolución, a que cada vez, hartos de tanto bullicio, las familias las transformaran en una celebración más sencilla hecha exclusivamente en el hogar y de manera privada. Era tan escandalosa esta festividad que inclusive en el siglo XVII los reformistas protestantes ingleses llegaron a prohibirla, exactamente en 1659.
Origen de papá Noel (Santa Claus)
Podemos decir que encontramos la matriz de la tradición de la navidad moderna, tal como la vemos hoy en día, en el nacimiento de Santa Claus (Papá Noel), pues fue éste personaje el que contribuyo al ¡boom!, a la explosión y expansión de la navidad por todo el mundo; y también podemos encontrar la cuna geográfica de la navidad en general y de Santa Claus en particular en la ciudad de Nueva York, más que cualquier otra ciudad en el mundo.
Específicamente 2 neoyorkinos que vivieron el siglo XIX reinventaron las
tradiciones navideñas del viejo mundo, creando la imagen de San Nicolás (más
conocido como Santa Claus o Papa Noel). Estos dos individuos fueron: Clement Clarke Moore y Thomas Nast.
Clement Clarke Moore, profesor de literatura oriental y griega tuvo una idea que cambiaría la celebración y visión navideña para siempre:
en 1822 escribió un poema al que llamó “Una visita de San Nicolás”, conocido
ahora como la noche antes de navidad. Éste poema tuvo un personaje central inédito hasta entonces: Papá Noel apareció por primera vez en escena. Surgido de la mente de Clement, siendo un simple sincretismo inspirado en 2 figuras navideñas legendarias: Nicolás de Bari (San
Nicolás), obispo del siglo IV que se caracterizaba por dar regalos en
calcetines a los niños y Sinterklaas (personaje ficticio), versión holandesa de San Nicolás. El
mito dice que surgió como Odín y surcaba los cielos en un caballo de ocho patas. La descripción de estos 2 personajes tenían característicos detalles
como que San Nicolás era acompañado por un demonio que castigaba a los niños
que se portaban mal.
Clement Clarke Moore en su poema también añadió casi todos los detalles de Santa Claus tal como los conocemos hoy; como el saco atrás con regalos, el trineo con ocho renos etc... Paulatinamente diversos artistas fueron aportando sus detalles a la obra de Clement, pero siendo la idea de éste último la predominante y esencial.
Clement Clarke Moore en su poema también añadió casi todos los detalles de Santa Claus tal como los conocemos hoy; como el saco atrás con regalos, el trineo con ocho renos etc... Paulatinamente diversos artistas fueron aportando sus detalles a la obra de Clement, pero siendo la idea de éste último la predominante y esencial.
Fue Thomas Nast quien le agregó los detalles finales a la imagen de
Santa Claus para moldearlo a la figura de hoy. En 1862 una revista de Estados
Unidos le pidió a Thomas dibujar las figuras navideñas; entre otras, decidió dibujar la figura de Santa Claus con los detalles de un viejo gordo de barba
blanca, con traje rojo, que vivía en el polo norte, con una lista de
niños buenos y malos etc...
En definitiva, este personaje de papá noel dotó de una nueva connotación a la navidad, ya no como una fiesta ruidosa y
descontrolada, tampoco como meramente religiosa, sino ya como una celebración
privada y familiar.
El árbol de navidad
La tradición de tener un árbol de navidad en casa se remonta a mediados del siglo XIX, costumbre heredada de lo que se mencionó antes, de la tradición nórdica de meter a las casas y quemar pinos y Yules. También se puede considerar el hecho que desde Alemania a Estados Unidos se difundieron imágenes donde la familia real posaba en su casa frente a un pino grande con
decoraciones.
Ahora, la tradición de
adornar el árbol de Navidad data de la Edad Media y parece haber sido originada
en Alemania. Era una tradición el hacer una obra representativa de Adán y Eva
en el paraíso, ya que se les festejaba en esa fecha. El Árbol del Conocimiento
o Árbol de la Vida en principio era adornado con manzanas, más adelante con
velas y galletas. Actualmente se colocan esferas y otros adornos en los árboles
navideños.
Luces navideñas
El origen de las luces navideñas es más sencillo de encontrar. Podemos rastrear su génesis al año 1882 en el que Edward Johnson, inventor y socio de negocios de Thomas Edison, creador de General Electric. Edward iluminó por primera vez un árbol con luces eléctricas y empezó a vender pequeños juegos de bombillas. Podemos decir pues, que Edward Jonhnson es el "padre" de las luces de navidad.
La navidad comercial
Todo este juego de costumbres provocó a los mercaderes la idea de, en
vísperas de Diciembre, y en Diciembre mismo, generar estrategias de venta a los
consumidores, esto es, vender decoraciones, luces, tarjetas navideñas, papel de
regalo, y claro, los juguetes; aprovechando además que se estaba en pleno
apogeo de la revolución industrial en el siglo XIX y nacía la nueva clase media
americana, dispuesta a emplear su sueldo en objetos baratos que le ofrecían los
empresarios y la producción en masa. La primera vez que un centro comercial usó
a papá Noel para vender fue en 1840, y a
partir de ese momento, miles de empresas empezaron a copiar este modelo de
Santa Claus como estrategia de publicidad para vender grandes cantidades de
objetos navideños. También fue usada esta imagen como símbolo de paz,
tolerancia y fraternidad por instituciones benefactoras.
Vemos, en conclusión, cómo la navidad a sido creada y a evolucionado como una conmemoración simbólica a diferentes ritos de carácter místico y cómo a llegado a extenderse hasta tal punto que, es la época más esperada y ansiada por aquellos que la festejan, ya sea con o sin carácter religioso. Pero, ¿qué queda entonces de la navidad si la despojamos de sus connotaciones religiosas?. Aquí la respuesta es ya muy personal.
Yo, sin ser una persona religiosa, considero a la navidad como el climax del disfrute por la vida (si se celebra con sentido), como una época de regocijo por la vida, como una festividad puramente egoísta y comercial; para expresar la buena voluntad de los hombres de forma alegre, benévola y sin culpa; y esto, por lo tanto, siendo materializado en regalos, felicitaciones y abrazos a familiares y amigos. No le veo nada de malo a que sea una época puramente comercial: los regalos para satisfacer deseos humanos, las espectaculares luces que decoran las calles y casas, la coloridad, los rostros alegres de las personas por verse con gente que quieren. Uno tendría que estar terriblemente deprimido, ser demasiado envidioso y ser un fracasado para estarse quejando de que éste espectacular despliegue es pura "codicia material" o "consumismo" y resistirse al disfrute humano...
Yo, sin ser una persona religiosa, considero a la navidad como el climax del disfrute por la vida (si se celebra con sentido), como una época de regocijo por la vida, como una festividad puramente egoísta y comercial; para expresar la buena voluntad de los hombres de forma alegre, benévola y sin culpa; y esto, por lo tanto, siendo materializado en regalos, felicitaciones y abrazos a familiares y amigos. No le veo nada de malo a que sea una época puramente comercial: los regalos para satisfacer deseos humanos, las espectaculares luces que decoran las calles y casas, la coloridad, los rostros alegres de las personas por verse con gente que quieren. Uno tendría que estar terriblemente deprimido, ser demasiado envidioso y ser un fracasado para estarse quejando de que éste espectacular despliegue es pura "codicia material" o "consumismo" y resistirse al disfrute humano...
UNA FELIZ NAVIDAD A TODOS!!!!
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